Alicia

Alicia llegó a la mesa me abrió las piernas y se hizo camino por entre mi falda larga hasta llegar con sus manos a mi pelvis, que acarició con una dulzura impropia de una puta. después se puso sobre mi cara y empezó a hablarme en un inglés con acento que la hacía lucir mas sensual todavía, me conquistó con su lenguaje, diciendo mil cosas que ya olvidé, pero que en su momento hacían lo que ella esperaba que hicieran, solo recuerdo que me dijo lo mucho que le atraen las mujeres, que estaba hacia cinco años en el negocio y que tiene un hijo. Después tomó mis manos con las suyas y las llevó a sus pechos desnudos que lucían naturales como dos naranjas recienbajadas del palo, pero que en realidad eran unos implantes perfectamente puestos, entonces le pregunté si podía tocarla (tenia entendido que uno no las podía tocar) me pidió que por favor lo hiciera, y justo en ese momento perdí el sentido de la realidad, de lo que pasaba a nuestro alrededor de la gente que nos miraba y de mí misma para perderme en la piel de aquella mujer fogoza que exhudaba placer por todos sus poros, me recordó a la vez que me perdí en tus labios en un sueño del que no quería ser despertada allá en la discoteca ¿recuerdas?.