Sexo vino y baño de espuma, invertí el orden de los factores esta tarde, me di una cita conmigo y con la mariposa juguetona, un juguete erótico que me regaló mi hija hace varios años y que casi no he usado, está divertido usarla, instalarla a manera de liguero en una ubicación estratégica donde su pico quede insertado en mi clítoris y después usar el control remoto para darle la velocidad y la presión que deseo, el orgasmo llega con más rapidez que cuando es perseguido por la torpeza de un macho, siempre me he preguntado porque se les dificulta tanto encontrar nuestro clítoris, debería de existir una materia en la secundaria para machos “como encontrar el clítoris sin morir en el intento”. Después me he servido una copa de mi vino favorito, el que usaba con mi ex amante negro (estaba pensando en aquello de que una vez uno prueba negro no hay retorno posible donde los blancos, es verdad) y he preparado la tina con aceites y sales para un baño de inmersión.
En mis buenos tiempos en que los líquidos eran generosos con mi vagina y yo chorreaba con sólo imaginarme en brazos de algún alguien, me masturbaba en la tina en medio de toda aquella agua, le ponía mucho jabón y la textura del jabón con el aceite conseguía excitarme exquisitamente, me venía como tres veces y no perdía la lubricación, ahora la historia es bien distinta, con lo que tengo que rogarle a mi cuerpo para que genere líquidos, no me puedo dar el lujo de buscarlos en medio de más agua a riesgo de que se me seque la vagina y me quede sin orgasmo, así que hoy el baño estuvo confinado al pos orgasmo. Pocas mujeres saben de lo delicioso que se la pasa una con una misma a solas, es una lastima... pensé en ella, y en que en este momento está en algún lugar sobre el atlántico con la mano de algún tipo entre sus piernas, y que cuando regrese le voy a prestar mi mariposa voladora para que volemos juntas.
